martes, 7 de febrero de 2017

Cuán de importante es la escucha ACTIVA

Escuchar y no oír. Sabemos la diferencia desde que éramos infantes, pero ahora, cuando estamos frente a un paciente, debemos de reivindicar aún más nuestro “derecho a ser escuchados y a escuchar”

En una conversación se dicen muchos datos, palabras y sin quererlo, sentimiento e intenciones. Es ahí, cuando el profesional sanitario, sabio e inteligente, ha de aplicar la parte subjetiva para poder guiar su consejo y ayuda al paciente/consumidor que tiene en frente, detrás de su mostrador, para poder ofrecerle la verdadera SOLUCIÓN para su determinado PROBLEMA, el cual nos ha elegido específicamente a nosotros/as como posibles solventadores.


Nuestro rol es muy importante, y debe de ser contundente para poder ser de real ayuda y hemos de interiorizar, previamente, que preguntas hemos de realizar para poder obtener la máxima información posible y dirimir una solución que sea la más eficaz y útil posible.
  1. Motivación: Hemos de crear un ambiente lo suficientemente propicio para que el paciente/consumidor nos valore como una alternativa real para solucionar su PROBLEMA. (Lo pongo siempre con mayúsculas para que tengamos en cuenta la importancia del asunto)
  2. Preguntas: ¿Qué le pasa exactamente? ¿Desde cuándo le pasa? ¿Qué productos ha utilizado? ¿Cuál fueron esas sensaciones?, etc. Como buenos profesionales sanitarios, la clave de nuestro éxito radicará en saber escoger preguntas concisas pero que abarquen gran información, ya que a nadie nos gusta un interrogatorio, por lo que han de ser elegidas con mimo y esmero
  3. Tenemos la SOLUCIÓN: Después de escuchar y “crear” el escenario, aparecemos con la solución que realmente hará que nuestro paciente/consumidor siga creyendo en nosotros/as. Para ello, ha sido necesarios años de estudio y de formación para poder estar seguros de que la alternativa es la correcta

 El buen consejo farmacéutico siempre se verá recompensado por pacientes/consumidores agradecidos y la labor sanitaria siempre cumplida.


¡Escuchemos en vez de oír!